¿Sabes hacer el amor?
Hacer el amor es mucho más que tener sexo y no se puede reducir a un coito que únicamente es una parte del juego sexual. Si la sexualidad es un elemento fundamental para el bienestar del ser humano imagina cómo puede mejorar tu salud cuando aprendas a hacer el amor.
“La erótica” es la que nos permite disfrutar del juego del amor con independencia de la forma, del estado y de la edad. Podemos decir que la sexualidad es una gran fuente de bienestar cuando convergen la erótica, el sexo y la libre expresión de nuestra identidad sexual.
No se puede hacer el amor sin un desarrollo adecuado de la sexualidad. La sexualidad es una verdadera fuente de comunicación en sí misma, permite obtener placer y reproducirnos, es fundamental para alcanzar el bienestar físico, psicológico y emocional, y un aspecto clave para la construcción de nuestra identidad.
Desarrollar una sexualidad libre, placentera y sin apegos refuerza nuestra autoestima, nos permite conseguir un buen estado de ánimo y fortalece nuestro equilibrio mental. Las hormonas y sustancias químicas que se liberan durante la práctica sexual, como la dopamina, las endorfinas y la oxitocina, facilitan el vínculo con la pareja y reducen el estrés y la ansiedad.
Cada persona hace el amor de manera diferente, tanto en el aspecto individual como en el compartido. Reprimir la sexualidad puede llevarnos a un grave sufrimiento psicológico.

La sexualidad es igual de natural con independencia del sexo de los practicantes, de que se juegue en pareja o en grupo, y de los elementos que se utilicen. Lo que verdaderamente importa es que no sea una excusa para esconder otros problemas, y lo realices con libertad, seguridad y de forma placentera.
La práctica y la conciencia son claves para mejorar tu salud sexual, por eso es importante explorar en profundidad tu sexualidad antes de compartirla con otras personas. La masturbación es una extraordinaria herramienta para amarte a ti mismo/a, además de un magnífico recurso cuando no tengas o no te apetezca compartir con alguien más.
El día que una inesperada sorpresa sensorial te invada en el acto sexual, el día que una emoción se torne inasible, el día que no halles palabras que lo expliquen, ese día puedes decir que hiciste el amor.